sábado, 11 de julio de 2009

HISTORIAS

UNA HISTORIA APASIONANTE Y TRISTE

Me llamo Ana y mi historia es realmente apasionante… Bueno, al mismo tiempo triste por su final.

Todo empezó cuando ingresé de nuevo a la universidad después de 1 año de receso por cuestiones económicas. Soy estudiante de Lic. en Música en una Universidad en Colombia.

Ocurrió en el último salón del tercer piso de la academia, hay estaba él (J) me estaba esperando para cuadrar los horarios de la clase de piano. (J) ha sido considerado como uno de los mejores pianistas de mi país, (ha recibido muchos premios y una beca de Doctorado en el exterior que nunca quiso aceptar con la excusa de que “Bach nunca salió de Alemania”). casualmente por cosas de la vida ahora estaba dando clases en mi Universidad.

Solo le entregaron los mejores alumnos de piano, entre ellos yo, Ana, y yo estaba demasiado feliz, feliz porque pensaba que tenía el mejor profesor del mundo, y por poco así era.

Obviamente, en la clase yo era demasiado nerviosa porque yo decía: “¡Por Dios! ¡Estoy al lado del genio, del monstruo del piano, no lo puedo creer!”. Me quedaba impresionada con lo que tocaba, con su virtuosismo, con su capacidad de improvisación, con sus manos. Me daba “Conciertos personales”. Todavía recuerdo los 24 estudios de Chopin o la cadencia del 1er Mov. del Tercer concierto de Rachmaninoff en el 303 solo para mí… ¡increíble!

(J) era muy especial conmigo, siempre quería que yo escuchara su música y yo lo hacía con todo el placer con el que un creyente escucha la voz de su Dios. Me estaba empezando a enamorar del profesor de piano, algo imposible, sí, porque uno de esos días vi que tenía una argolla en su mano. Estaba casado. Nooooooooooooooooooooooooooo.

Ahora, en una clase posterior me dijo que no me sentara en el piano, que me sentara en la otra silla, que quería hablar conmigo, y yo le hice caso, normal. Empezó diciendo muchas palabras, entre ellas que yo había hecho algo en una clase que lo había impresionado, que yo le parecía hermosa, inteligente y que él era hombre y yo mujer. quedé sin palabras.

Después ni a él ni a mí no nos importaba si estábamos comprometidos, si él tenía esposa y yo novio. No importaba nada, y hubo de todo lo que en una pareja puede haber, besos, sexo, celos, pero yo era la mujer más feliz del mundo… yo tenía 20 y mi Profesor 35 años.

Hasta resulté involucrada en las drogas, un día alguien me contó que (J) consumía Marihuana y yo le fui preguntando de una vez si de verdad lo hacía. Me dijo: “¿Quiere saber?” yo le dije. “Claro” y nada mas fue sacando de su maleta un bareto de Marihuana y me dice: “¿Quiere?” Yo estaba asustada porque nunca en la vida había visto algo así.

Fumó en frente de mí y me pasó el humo de su boca a mi boca.

Marihuana, libros de la Segunda Guerra Mundial, música y demasiadas tardes juntos fueron parte del mejor año de mi vida.

Y pues lo que tenía que pasar, estas historias intensas tienen que terminar… empecé a ver que me hablaba mucho de una estudiante de la Academia hasta que un día subiendo por la universidad, los vi hablado debajo de un arbolito. Casi me muero y el también casi se muere cuando los vi.

Todo se empezó a dañar desde ahí porque ya yo no era la misma, ahora sé que él no tiene nada con la estudiante, que es infeliz en su matrimonio y que él ha sido algo extraordinario en mi vida.

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